Un aporte importante para la educación en base a lo social se hace presente en el destacado libro Mbyáreko ha jurua ro romingua (imágenes de la cotidianeidad del pueblo Mbyá y viviendas sociales.)
Se trata de una aproximación hacia el desenvolvimiento de este pueblo quien es reconocido como uno de los pueblos originarios asentados en nuestro país, específicamente en Ñu Apuá – Abaí. El dominio territorial ancestral de los Mby´a abarca desde la sierra del Mbaracayú a la región cercana al Corpus Christi y se extiende hasta el territorio argentino de Misiones, los estados brasileños de Mato Grosso, Paraná y Rio Grande do Sul. De acuerdo con esto se le reconoce a este pueblo como transfronterizo.
A modo de reseña histórica, según estudios acerca del poblamiento americano, hubo una gran migración de individuos por el continente asiático. Se afirma que, anteriormente, existía un puente glacial que permitía llegar desde Siberia hasta Alaska. La razón de este hecho fue la búsqueda de un hábitat con mejores condiciones de vida desplazándose así hacia el sur americano desde hace aproximadamente 2000 años a.C., lo cual otorga un largo periodo de asentamiento de esta población en territorios que actualmente pertenecen a Brasil y Paraguay.
Hoy en día, en Paraguay habitan 19 pueblos indígenas (la mayor población corresponde a los Mbyá Guaraní quienes se comunican lingüísticamente en guaraní mezclando con su dialecto. Cada uno de estos pueblos cuenta con cinco familias lingüísticas (Zamuko, Lengua Maskoy, Mataco, Mataguayo, Guaicurú y guaraní) y con culturas y lenguas propias de sí y reconocidas en la Constitución Nacional (1992) específicamente en el art. 63.
Referente a la economía la mayoría de los pueblos indígenas se dedica a actividades agrícolas (maíz, mandioca, etc.) y cría de ganado menor (gallinas, cerdos, entre otros). Además de esto aún aplican sus prácticas tradicionales de subsistencia como la pesca, la caza, la recolección de frutos, miel y elaboración de artesanías. Viéndose esta segunda atacada por los productores extensivos quienes derriban los montes para sus cultivos mecanizados, labor que obliga a que tanto los animales migren como la inexistencia de árboles frutales y demás para la recolección de miel.
De acuerdo con lo anterior, muchos se han adaptado a esos cambios desempeñándose como jornaleros en las fincas vecinas. O realizando changas domesticas como también migrando a las ciudades para realizar ventas de sus artesanías o pidiendo limosnas como una forma de subsistencia.
Contar con un trabajo formal para la gran mayoría es difícil pues la educación académica en los pueblos indígenas sigue siendo un gran desafío para el Estado Paraguayo.
Existe un gran índice de analfabetismo y poca participación escolar de los mismos por razones muy particulares enlazados con la población en situación de pobreza. Aun no se cuenta con un sistema de inclusión para con los mismos, observándose así una gran discriminación, pues el nivel de aprendizaje es bajo debido a que no cuentan con una buena alimentación como también el apoyo de los familiares para seguir adelante con sus estudios.
Una de las mayores causas que tiene relación con la no asistencia a una institución académica, es la distancia en la que se encuentran las mismas. Muy pocos son aquellos que apoyados por sus familiares logran migrar a otras localidades para poder culminar sus estudios.
La población Mbyá Guaraní, protagonista del material cuyo autor es el Lic. Pedro Orué (Trabajador Social/Docente de la UEP Campus Gutenberg), señala que la población cuenta con tierras que fueron donadas por un ciudadano alemán en la cual se ha construido sus respectivas casas, de las cuales 30 de las familias fueron beneficiadas con este proyecto desarrollado por el SAT (Servicio de Asistencia Técnica) con apoyo de la SENAVITAT con el Fondo Nacional de la Vivienda Social (FONAVIS).
Es importante destacar que los pueblos indígenas tienen derecho a la propiedad comunitaria de la tierra en la cual se desenvuelven, de acuerdo con su cultura, en el área social, político y religioso los cuales deben ser respetados por todo miembro de la sociedad tanto dentro como fuera de esta población.
Es bien sabido que las viviendas de estos pueblos guaraníes, están caracterizados por una estructura del tipo rango, galpón entre otros. Para esto utilizan materiales que tienen a su alcance como maderas, pajas, chapas zinc entre ellos también estacas y otros, mientras que el piso es utilizado naturalmente en base a tierra. Sus viviendas fueron construidas de manera improvisada a consecuencia de la constante migración en busca de tierras sin mal.
Hoy, cada casa alberga a una familia nuclear, distribuidas equitativamente en parcelas. Las viviendas están construidas con materiales cocidos. Están compuestos por: pisos de cerámica, paredes de ladrillos huecos y el techo de chapa termo-acústica (chapa, isopor aislante y cielo raso de plástico); con las siguientes dependencias: dos dormitorios, una sala, comedor, lavadero y un baño. Además de esto cuenta con instalaciones eléctricas con tendido de transmisión por parte de la ANDE y agua potable que es extraída de un pozo artesiano impulsada por una bomba hidroneumática que fue donado por el SAT.
Además de las construcciones se realizó asistencia técnica a modo de mantener las viviendas y los usos de los servicios comunitarios de agua y electricidad.
Así se logró un gran aporte para esta población que normalmente son excluidos a nivel social. La responsabilidad habitacional por parte de las instituciones del Estado son visualizadas en esta comunidad.
Escrito por: Rodolfo Adrián González Martínez – Estudiante 4° Trabajo Social