Sabemos que fue el hombre más longevo y uno de los patriarcas antediluvianos. La Biblia registra que murió a la edad de 969 años (Génesis 5:27). Fue el abuelo de Noé, hijo de Enoc y padre de Lamec. Si Matusalén viviera en nuestra época, que diría en su lápida? “Aquí yace Matusalén que fue buen padre, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, tataratarabuelo”… y unos cuantos tátara más. (1001-1970).
Si la vida de una persona se midiera por su longevidad, él sería el máximo exponente. Sin embargo es probable que Dios utilice otro método para medir nuestras vidas, no lo hace utilizando un calendario, sino tal vez usando una balanza para pesar la intensidad con la que vivimos. Este podría ser el caso de Juan.
Juan el Bautista había impactado en gran manera a su pueblo. Su manera de vestir, su manera de hablar, y sobre todo la autoridad con que pronunciaba las palabras: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”. Estas palabras con seguridad habían dejado contento a algunos, asustados a otros y una mezcla de ambos sumado a curiosidad a los líderes religiosos.
El evangelio de Juan nos relata que los sacerdotes y levitas vinieron a preguntarle a Juan el Bautista quién era (Juan 1:19). Imagino ese momento, Juan con su barba hasta el pecho, ropa de piel de camello, pelo largo despeinado, y con un olor evidente que no existía “Rexona” en aquel tiempo. Con su mirada profunda, firme y tosca clavada en sus visitantes.
Al otro lado casi puedo visualizar a los sacerdotes, con sus túnicas bien limpias, sandalias a la moda, pelos y barba arreglados en “Joseph Coiffure». Ellos tenían preparado una especie de examen para Juan (Juan 1:20-21). Hasta podría ser que ellos hayan inventado la “selección múltiple”, la prueba pudo haber contenido el siguiente escrito:
BETANIA, 20 DE ENERO DE 30 D.C.
Examinado: Juan el Bautista // Examinador: Sacerdotes y Levitas
MARCA LA RESPUESTA CORRECTA
Tú eres: El Cristo Elías El profeta
Juan miró atentamente el examen, suspiró y dijo: ninguna es la correcta. Hubo gran sorpresa en el rostro de los sacerdotes. Entonces ¿quién eres? (Juan 1:22) fue la repregunta de sus examinadores, tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron, sigue diciendo el pasaje. Y el verso 22 termina con una pregunta final: ¿cómo te ves a ti mismo? Entonces Juan respondió: Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Enderecen el camino del Señor” (Juan 1:23 NVI). ¡Oh cuánta humildad en esta respuesta! Lo confundían con el Cristo, con Elías o con un gran profeta!!! El dijo: soy una voz.
El ministerio de Juan duró aproximadamente 6 meses antes de ser ejecutado por Herodes. Y la calificación que le dio el mismo Cristo fue: “Les digo que entre los mortales no ha habido nadie más grande que Juan” (Juan 7:28). En total vivió 30 años, y su vida debería enseñarnos muchas cosas, sobre todo para saber: -¿quiénes somos?, -¿cuál es nuestra función? Y -¿para quién trabajamos? En vez de poner fechas en nuestra lápida, no sería mejor poner: Aquí yace un cristiano, que fue una voz, y trabajó para su Padre? La vida es corta, vivámosla con intencionalidad e intensidad.
Lic. Carlos Barreto Aguirre