Soy egresada de la UEP Campus Gutenberg, soy Trabajadora Social, soy agente de cambio, soy una hija de Dios al servicio de los demás.
Esta historia inicia en el año 2010, corrían los primeros días de febrero, y luego de una fuerte discusión con mi “jefe”, decidí ser más que una asiste de consultorio. Algo timada, enfurecida me acerqué a la UEPCampus Gutenberg (lo que no sabía es que ese día no solo se abriría una puerta de madera, sino una gran oportunidad para lograr un sueño que venía forjándose desde hace mucho tiempo).
Me postulé para una beca- trabajo para cursar la carrera de Trabajo Social, aunque no estaba muy segura de qué se trataba esta carrera, sin embargo me llamaron la atención esas dos palabras: “trabajo” y “social”. Llené el formulario y esperé ansiosa la respuesta. Pasaron varios días y nadie me llamó, ni me escribió al celular, pensé que era una más que no salía, y de repente suena una llamada:
–Hola, ¿con Karen Valdez?
–Si soy yo, respondí
–Soy Andrea de la FAHCE, respondió. Quiero preguntarte si no vas a venir a clases
–¿A clases? dije en tono de duda
–Si, a clases dijo la voz detrás del teléfono e insistió que hacía dos semanas que iniciaron las clases. Y me confirmó que fui adjudicada con la beca trabajo.
–¿Becada? pregunté, Andrea me respondió que sí, y te esperamos el lunes a las 17:30 en la recepción para hablar mejor, sentenció finalmente. Al cortar la llamada no lo podía creer, era la oportunidad que necesitaba, y muy feliz le comente mi “jefe”, quien muy desalentador expresó: -“pero si sos mamá soltera ¿cómo pensas que vas a tener tiempo para estudiar?, vos ya no podes seguir una profesión, vos para ser secretaria no mas ya!” Y siguió mirando la pantalla de su pequeña notebook. Algo nació en mí, lo miré fijamente por unos segundos y le dije: -ya verás que seré profesional, me despedí de él y fui a mi casa.
Reuní a mi madre, abuela y tía, y les comenté que me salió una beca para estudiar una carrera en la Facultad y les manifesté que necesitaba que me ayuden una vez más, sobre todo para cuidar a mi pequeña de 1 año 4 meses.
Las mujeres sonrieron, me abrazaron, y me dijeron más vale que en 4 años seas una licenciada. Las abracé y les prometí que no las defraudaría.
Iniciaron las clases, e inicié una nueva etapa en mi vida. Tuve que renunciar al trabajo, porque mi jefe pensaba que una mujer, madre y soltera no tenía derecho a soñar ni a luchar para ser una profesional. Pasaron los días, los meses y los años. Entre clases, libros, desafíos, más libros, más tareas, más cerca de ese sueño de verme graduada estaba. Ocasionalmente también hubo pororó, galletitas, mamadera, yogurt y pañal, pues, mi pequeña asistía a clases conmigo, cuando no tenía con quien dejarla.
Pasaron los años terminé el cuarto curso, defendí mi tesis y me gradué; dejando en claro que el esfuerzo valió la pena. En el 2015 me inscribí en la Especialización en Didáctica Superior Universitaria y la terminé. Para sorpresa mía, recibí la gran bendición de ser becada con el 50% en dicho curso.
Hoy luego de 7 años de iniciar esa nueva historia, los desafíos son muchos, soy colaboradora de la ONG. FUNDACION PARAGUAYA, trabajo dentro de un equipo multidisciplinario, donde desarrollamos, aplicamos e innovamos soluciones para eliminar la pobreza.
El campo de mi trabajo va desde organizaciones civiles como CONIN, OCN (organización campesina del norte), comités de mujeres, pueblos originarios, elaboración de fichas de soluciones, alianzas estratégicas, organización y desarrollo de foros. Trabajo fundamentalmente en estrategias para eliminar la pobreza, utilizando varias teorías del trabajo social, que en clases lo pude conocer y hoy en el campo lo puedo llevar a cabo. Si me preguntan qué materia sacaría de las tantas que tuve, diría que ninguna.
Si me preguntan qué libro no me ayudó, todos fueron fundamentales, pues cada uno de ellos me auxilió a entender, analizar, diseñar e implementar soluciones sostenibles según el contexto.
Como profesional (orgullosamente egresada de la FAHCE-UEP Campus Gutenberg) todas estas actividades que realizo tienen raíces sólidas, pues, las herramientas que recibí en la Facultad, no solo fueron aprendizajes cognitivos, sino un aprendizaje integral y puedo decir que: “Nada de lo que he vivido, ni lo que me ha pasado es una casualidad, todo fue porque Dios me amó primero. En aulas de FAHCE conocí a Jesús, lo acepté y hoy vivo por Él.
Lic. Karen Mariela
Este artículo fue publicado originalmente en LOGOS, el organo informativo del Campus Gutenberg. Para leer la revista completa, click aquí.