Del 1 al 5 de septiembre, la UEP Campus Gutenberg llevó a cabo la Semana de Concientización de la Salud Mental y Bienestar, una iniciativa que buscó promover el autocuidado, la prevención y la construcción de una cultura universitaria más saludable.
La importancia de hablar de salud mental en la universidad
La etapa universitaria es un período de grandes retos académicos, sociales y personales. Estrés, ansiedad y presión pueden convertirse en factores de riesgo para los estudiantes. En este marco, la UEP Campus Gutenberg impulsó un programa que normalizó la conversación sobre la salud mental, derribó estigmas y reforzó la idea de que pedir ayuda es un acto de fortaleza.
Este proyecto se desarrolló en torno al Día Mundial de la Prevención del Suicidio (10 de septiembre), recordando la importancia de generar conciencia y apoyo en la comunidad universitaria.
Dinámicas diarias para el bienestar estudiantil
Durante la semana, profesores y estudiantes participaron de actividades breves (10 a 20 minutos) al inicio de las clases, enfocadas en herramientas prácticas para el cuidado emocional:
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Lunes – Cualidades y virtudes: Se reconoció y valoró lo mejor de uno mismo y de los demás.
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Martes – El poder de la gratitud: Los estudiantes identificaron en las pequeñas cosas motivos para agradecer y cultivar pensamientos positivos.
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Miércoles – Bienestar y respiración: Se practicaron técnicas de atención plena y respiración para manejar el estrés.
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Jueves – Mis pensamientos: ¿Hechos o ideas?: Se trabajó en identificar y cuestionar pensamientos negativos, desarrollando flexibilidad mental.
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Viernes – Pedir ayuda es fortaleza: Se promovió la búsqueda de apoyo y el uso de recursos disponibles dentro y fuera de la universidad.
Recursos de apoyo disponibles
La UEP Campus Gutenberg puso a disposición espacios de acompañamiento psicológico y consejería espiritual, además de información sobre servicios de salud mental a nivel nacional, como la línea de crisis 155 disponible las 24 horas.
Una comunidad universitaria comprometida
Este proyecto no solo concienció, sino que también fortaleció factores protectores como la autoestima, la resiliencia, la conexión social y la capacidad de afrontar desafíos. De esta manera, la universidad reafirmó su compromiso de formar profesionales con impacto, cuidando no solo su desarrollo académico, sino también su bienestar integral.