Al venir del interior para estudiar, jamás especules que será fácil, tu vida cambiará en todos los ámbitos. Tu entorno social, económico, religioso, familiar y por supuesto la educación nunca más será la misma.
Vivir en el interior del país muchas veces resulta ser un gran desafío para que los jóvenes puedan continuar con sus estudios terciarios. Generalmente las personas que vienen del interior a la capital, lo hacen para buscar mejores oportunidades, un trabajo seguro y así seguir preparándose para ser un buen profesional.
Sabemos que la educación a nivel universitaria es más extensa que la educación escolar; es totalmente diferente, más aún si cambias de ciudad (en este caso del interior a la capital). Los que vienen del interior para experimentar, perseverar y velar por su día a día al cambio absoluto de la vida cotidiana, lo están haciendo para su total bien y cambio como personas.
Dependerá de tu ánimo, de cómo enfrentas para llevar tus proyectos adelante, porque te lo aseguro, al comienzo todo es difícil, en conocer la ciudad de Asunción, el temor de perderte al salir, porque no conoces las calles; te sentís perdido y sin saber qué hacer y más aún el de extrañar tu ciudad, tu familia y lo que era tu vida anteriormente. Eso te quiere hacer renunciar a todo y volver, pero recuerda tu propósito al venir y te animará a seguir adelante. Mantente ocupado/a en algo, puedes leer un libro o relacionarte con nuevas personas, ya sea en el ámbito laboral, educación y en especial en donde estás viviendo. Tú sabrás cómo dirigir las dificultades para el propósito que tienes a futuro.
Existen personas que discriminan a quienes somos del interior, pero ahí es cuando debes tener fuerzas y procurar más y demostrarles que las personas del interior pueden más de lo que tal vez aparentan. Todas las personas son iguales en la vida, en especial para Él, el que sabe todo y ve a todos de la misma manera; no importa la posición económica, la sociedad ni nada, simplemente Dios nos ama tal y como somos.
Estudiar en el Campus Gutenberg es una gran oportunidad para todos aquellos que provienen de interior del país, ya que en esta institución todos los estudiantes son tratados por igual, no existe la discriminación de parte del plantel de educadores, de la coordinación, de todos los colaboradores en general y por sobre todo por parte de los estudiantes. En esta entidad educativa todos son tratados por igual.
“Al buscar una sede universitaria en la que no haya tanta discriminación, en absoluto me caracterizo por la Universidad Evangélica del Paraguay; aquí la educación es esencial y lo más importante, el aprendizaje para el buen desempeño, la aptitud, la educación en liderazgo, entre otros, abarca todo para un buen aprendizaje en sus valores. La UEP quiere personas que puedan servir el día de mañana para el futuro del país. Eso caracteriza al alumno como objeto principal de la universidad. La relación social que existe es asombrosa, de cómo forman a los alumnos con cosmovisión cristiana y lo más significativo, un profesional de eficiente y notable vocación” (Betty Espínola)
“Puedo decir que he encontrado una familia dentro de esta entidad educativa; los profesores son buenos profesionales; el coordinador siempre está pendiente de las necesidades de los estudiantes para que podamos adquirir buenos conocimientos y buenos valores. Los demás colaboradores siempre están para los estudiantes. Puedo decir que entre mis compañeros nunca sufrí discriminación alguna por ser del interior o por provenir del campo, siempre fui tratada de igual forma que todos” (Nancy Cáceres)
Escrito por:
Betty Espínola – Departamento de Caaguazú, estudiante del 3° año de la carrera de Administración.
Nancy Cáceres – Departamento de Misiones, estudiante del 3° año de la carrera de Administración [activecampaign form=5]