EL CAPITALISMO DE AMIGOTES ES UN OBSTÁCULO PARA EL DESARROLLO SOCIOECONÓMICO
Autor: Dr. Emilio Iberbuden (SCL), catedrático universitario en niveles de grado y postgrado en ciencias empresariales, sociales y teológicas/pastorales. Mentor en Estrategia, Gestión, Liderazgo e Innovación.
El capitalismo de amigotes, un fenómeno arraigado en muchas economías en desarrollo ha dejado una profunda huella en Paraguay. Este sistema, caracterizado por relaciones privilegiadas entre el sector privado y el gobierno, ha generado una serie de desafíos que obstaculizan el desarrollo socioeconómico del país. En este artículo veamos algunas consideraciones relevantes sobre este tema:
1. La Corrosión de la Competitividad Económica
Una de las consecuencias más directas del capitalismo de amigotes es la erosión de la competitividad económica. Cuando las empresas obtienen ventajas injustas a través de conexiones políticas, se crea un campo de juego desnivelado que desincentiva la innovación y la eficiencia. Las pequeñas y medianas empresas, que no cuentan con los mismos recursos ni influencias, se ven relegadas a un segundo plano, limitando así la diversidad y el dinamismo del sector productivo.
Esta situación se manifiesta en varios niveles:
- Barreras de entradas artificiales, que se evidencian en las licitaciones amañadas donde las empresas, conectadas políticamente suelen tener acceso a información privilegiada sobre licitaciones públicas, lo que les permite diseñar propuestas a medida y asegurarse de ganar los contratos. También se manifiesta en regulaciones a medida o restricciones burocráticas que dificultan la entrada de nuevos competidores o disuaden la participación de nuevos actores que no tienen conexiones políticas.
- Freno a la innovación, que se evidencian en el miedo a la competencia, la falta de inversión en I+D, y la priorización del status quo como medio para mantener las relaciones políticas a costa de la búsqueda de nuevos productos o procesos.
Ineficiencia y despilfarro, que se evidencian en los contratos otorgados a empresas amigas que se caracterizan por sobreprecios y mala calidad de servicios o productos. Como también la concentración de riqueza en pocas manos y consolidación de oligopolios o monopolios fantasmas. - Perdida de confianza en el mercado, que se manifiesta en una creciente desconfianza en las instituciones, una clara disminución de la inversión por causa de incertidumbre y falta de transparencia en las reglas de juego.
2. Desigualdad en el Acceso a Servicios y Recursos
El capitalismo de amigotes también exacerba la desigualdad en el acceso a servicios y recursos básicos. Las empresas favorecidas por el gobierno suelen tener un acceso preferencial a contratos públicos, financiamiento y tierras, lo que les permite expandir sus operaciones y consolidar su posición de dominio. En contraste, los sectores más vulnerables de la población, como los pequeños agricultores y las comunidades indígenas, enfrentan mayores dificultades para acceder a estos recursos, lo que perpetúa los ciclos de pobreza y exclusión. Esta situación se manifiesta en la concentración de la propiedad y los factores productivos; contratos públicos desiguales, servicios públicos deficientes y la limitación de la movilidad social, perpetuando la pobreza y la exclusión de sectores.
3. La Corrupción como Obstáculo para el Crecimiento
La corrupción es una consecuencia inevitable del capitalismo de amigotes. Cuando las decisiones políticas se toman en función de intereses particulares en lugar del bien común, se abren las puertas a prácticas como el soborno, la malversación de fondos y el nepotismo. La corrupción socava la confianza en las instituciones públicas, desalienta la inversión extranjera y distorsiona la asignación de recursos, lo que a su vez limita el potencial de crecimiento del país.
Esta situación se manifiesta en un caldo de cultivo que prioriza las relaciones personales y políticas antes que los méritos y la competencia, generando una serie de prácticas corruptas como las siguientes:
- Sobornos, coimas y “aceite para las puertas”, como el mecanismo estandarizado mediante el cual las empresas buscan asegurar contratos y beneficios creando una dinámica de corrupción sistémica.
- Malversación de fondos, haciendo que los fondos públicos se desvíen hacia proyectos y empresas vinculadas a los círculos de poder, en detrimento de las necesidades de la población.
- Nepotismo y favoritismo, que se manifiesta burdamente en la contratación de familiares y amigos en puestos públicos, sin considerar los méritos.
Para erradicar el capitalismo de amigotes y construir un sistema económico más justo y equitativo, se requiere un conjunto de reformas estructurales. Entre ellas se pueden mencionar:
- La transparencia y rendición de cuentas, mediante la implementación de mecanismos sólidos que permitan a la ciudadanía monitorear las acciones del gobierno y de las empresas, y exigir responsabilidades en caso de irregularidades.
- El fortalecimiento institucional a fin de garantizar la independencia de las instituciones encargadas de regular y controlar las actividades económicas, evitando así la captura por parte de intereses particulares.
- La promoción de la competencia con el fin de fomentar un entorno empresarial más competitivo a través de la reducción de barreras de entrada, la simplificación de trámites burocráticos y la promoción de la pequeña y mediana empresa.
- La inversión en capital humano, enfocada en el desarrollo de habilidades y conocimientos de la población para que puedan participar plenamente en la economía y aprovechar las oportunidades que esta ofrece.
- La consolidación de un sistema judicial independiente y eficaz que garantice el cumplimiento de la ley y la protección de los derechos de todos los ciudadanos.
El capitalismo de amigotes ha sembrado profundas raíces en Paraguay, pero no es una fatalidad. La corrupción, la desigualdad y la falta de oportunidades son problemas complejos que requieren soluciones audaces. Fortaleciendo nuestras instituciones, promoviendo la transparencia y la competencia, y empoderando a la ciudadanía, podemos construir un país donde todos tengan las mismas oportunidades de prosperar. Quizá ya es hora de romper las cadenas del pasado y forjar un futuro más justo y equitativo para todos los paraguayos.
Hasta una próxima ocasión.
Dr. Emilio Iberbuden (SCL)