Un potencial que estamos perdiendo
“Se habla bastante, se escribe un poco menos, y se realiza muy poca innovación…pero la necesitamos con urgencia”.
Sarah Blakely (fundadora de Spanx), una de las mujeres billonarias más recientes y famosas en los Estados Unidos en este momento, compartió en un show con Top Speaker Tony Robbins un secreto de su infancia: “Mi padre me preguntaba una vez por semana, cuál fue mi mayor fracaso. Y si yo no tenía alguno, él estaba decepcionado”.
Blakely desarrolló, gracias a esta pregunta, el hábito de INTENTAR cosas que podrían fallar. Tras años de vender máquinas de fax, se animó a emprender en el mundo fashion, y logró dignificar a las mujeres y construir un imperio con presencia en más de 50 países…además de ganar bastante dinero (véase Forbes).
Aplicando esta historia a nuestra realidad paraguaya: Paraguay es un país caracterizado por muy baja tolerancia al fracaso. Según Helio Vera, “el valor predominante para el paraguayo es la prudencia”. En la práctica, esto se refleja en expresiones como “no vayas a pasar pelada”, “te dije luego”, “Chaque, no metas la pata”. Antes de probar algo y tal vez ganar, preferimos ahorrarnos el potencial de vergüenza. Además, es llamativo cómo nos volvemos expertos en, literalmente, DESTRUIR a aquellos que intentan algo diferente, algo innovador.
Nelson Aguilera, profesor mío en un posgrado de didáctica, nos compartió a través de uno de sus libros (Mi pedagogía del Amor), que en nuestro país reina la “Pedagogía del Temor”. Nuestras madres nos educan (porque los padres en 9/10 casos están ausentes) con el frecuente uso del “chaque mi hijo, no hagas eso, sino…”. De la misma manera luego enfrentamos la universidad, la vida laboral, y los desafíos. ¿Dónde están los padres que le dicen a sus hijos “¡Vamos, tu puedes! ¡No importa si fallas! ¡Levántate!”? ¿Dónde están?
Podemos clasificar a los innovadores y emprendedores en dos grupos grandes:
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- Por Necesidad
La persona se ve obligada a hacer las cosas de una manera diferente, impulsada por diferentes causas:
- La competencia está quitando los clientes y las ventas.
- Quiero crecer profesionalmente, pero nadie me ve antes de que haga algo extraordinario.
- Las compensaciones salariales están atadas a reducción de costos o a incrementos de ventas.
- Constante presión del superior a que se debe mejorar algo
- Sobrecarga de trabajo
- Necesidad de dinero
- Y muchos, muchos motivos más, que siempre finalizan con “Si no lo hago, voy a sufrir”.
Este es el innovador más común. Su mayor fuente de inspiración es la CRISIS. La crisis, como se menciona en tantos artículos y charlas, en el idioma chino significa tanto algo positivo como algo negativo; es un castigo y una oportunidad al mismo tiempo.
Pero también existe otra forma de innovar, que hasta se puede considerar un lujo gratuito:
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- Por Gozo y Oportunidad:
Las personas que conocen el potencial de la innovación constante y de los hábitos poderosos de un innovador, crean momentos y espacios para innovar. Utilizan técnicas que obligan a su cerebro a utilizar ambos hemisferios y nutren su cerebro con alimentos e información diferente.
Todos tenemos derecho y posibilidad de innovar por gusto, gozo o disfrute. ¡Yo disfruto innovar!
Paraguay, todavía, no se caracteriza por ser un país altamente innovador, porque no evidenciamos el registro de numerosas patentes. Sin embargo, me animo a afirmar, que nuestra gente es sumamente innovadora y creativa. El kaiguetismo nos lleva normalmente a esperar la necesidad, como lo fueron los últimos años. Sin embargo, hay un potencial oculto que podemos aprovechar: La innovación por gozo. Debemos enseñarnos que probar algo nuevo es valioso y divertido al mismo tiempo…y que se puede aprender.
Para fomentar la Innovación por Oportunidad precisamos, por lo menos, los siguientes elementos:
- Espacios seguros, dónde podemos fallar.
- Encuentros entre personas con experiencia y personas con energía joven.
- Recursos y fuentes de información.
- Algo de presión y algo de motivación.
- Una estrategia de difusión
- Momentos de competencia, prueba y premiación
- Sabiduría para el timing correcto
- Personas capaces de hacer la difusión
Everett Rogers describe al Change Agente (Agente de Cambio), como la clave para difundir la innovación. En su libro “Difusion of Innovation”, Rogers comparte la historia de una peste que era habitual en los barcos marinos en el siglo 90. Un innovador descubrió que esta enfermedad podía enfrentarse con dos cucharaditas de jugo de limón por día, y así salvar vidas. Sin embargo, duró más de 50 años, hasta que el jugo de limón recibió su espacio en los barcos; mientras tanto fallecieron cientos. ¿Por qué tardó tanto?
Debemos aprender a innovar, a dar pasos que pueden fallar, levantarnos, y, una vez que funciona, difundir la innovación correctamente. ¿Será que nuestra cultura podrá ser más tolerante con el fracaso de los innovadores?
Finalizo con una frase, que me hizo recordar, que Dios es CREATIVO, y que la Biblia nos enseña, que fuimos creados a su imagen, y por ende, también somos creativos y capaces de crear.
John Haggai, fundador del prestigioso instituto Haggai, formador de cientos de líderes latinoamericanos y asiáticos, nos invita con estas palabras:
“Intenta cosas imposibles, las cuáles, sin Dios, están condenadas a fracasar (John Haggai).
La múltiples necesidades en nuestro país son oportunidades de mejora y espacios donde solo los innovadores nos podrán ayudar.
Bibliografía
- Forbes. (01 de 01 de 2022). Sarah Blakely. Obtenido de Forbes – Billonaires: https://www.forbes.com/profile/sara-blakely/?sh=740b493676bb
- Martinez, O., & Arce, R. (2019). Informe de Competitividad. INCAE BUSINESS SCHOOL. San José: Centro Latinoamericano para la Competitividad y Desarrollo Sostenible (CLACDS).
- Rogers, E. (2003). Difusion of innovation. New York: Free Press.
- Vera, H. (1990). En búsqueda del hueso perdido: Tratado de paraguayología. Buenos Aires: Servilibros.