El método científico: generando verdades perfectibles
El ser humano actúa en base a verdades. La verdad constituye lo real, lo sostenible, lo confiable y lo seguro para el homo sapiens. Se puede decir que muchas de las verdades que sostienen, impulsan y motivan las empresas humanas son subjetivas mientras otras tienden más hacia la objetividad. Algunas verdades están basadas en dinámicas socio-culturales, es decir forman parte del contrato social, otras tienen su origen quizás en dogmas religiosos. Y no pocas de las verdades que orientaron y siguen orientando el vaivén de la humanidad son aquellas verdades que se denominan científicas. Las verdades científicas son verdades que se basan en un conocimiento de la realidad y para conocer la realidad, la ciencia se vale de diversos caminos que se distinguen, por cierto, p.e. del conocimiento filosófico y del conocimiento revelado, aunque no están desvinculados de los mismos.
La ilustración y el inicio de la modernidad contribuyeron al desarrollo rápido de la ciencia. A lo largo del tiempo se llegó a proponer una serie de pasos que se propone a transcurrir al generar realidades o verdades o conocimiento científico es el método científico. Ahora, por cierto, este método no reclama ser el generador de verdades absolutas. Pero la ciencia es una empresa que genera más conflictos que resoluciones. Por eso, se puede hablar del método científico como un generador de verdades perfectibles.
En este breve ensayo se pretende introducir y explicar de manera muy general y por cierto no exhaustiva, los pasos de este método científico. Por cierto, y valga la redundancia, su aplicación varía por cada científico y la generación de conocimiento no es una calle que cuenta con un solo carril. Aun así, históricamente la validez de un conjunto de pasos se ha comprobado reiteradas veces, lo que amerita una comprensión y consideración del mismo.
Paso 1: Observación y planteamiento del problema en cuestión
La generación de cualquier conocimiento inicia necesariamente con una observación. Ahora, históricamente se generaron dos posturas con respecto al elemento disparador del conocimiento. Por un lado, los aprioristas proponen que el conocimiento inicia con la razón, con un pensamiento. Por otro lado, los empiristas dan un mayor énfasis en la experiencia como generadora del conocimiento.
Se sugiere en este ensayo, que ambas posturas no son mutuamente excluyentes, ni tampoco se puede afirmar que en todos los casos se da lo uno o lo otro. Naturalmente inciden adicionalmente en el proceso de peregrinaje epistemológico factores sociales y psicológicos. Aun así, en algún momento, al inicio del proceso de la generación de verdades científicas perfectibles se da la observación e identificación de algún problema que ha de ser delimitado y planteado de la manera correcta.
Un problema naturalmente consiste en una situación, un desafío, una pregunta que no se puede solucionar o responder de manera automática. Los factores influyentes en esta problemática han de ser identificados y categorizados. El investigador, en este momento tiene que ya pensar en la posible solución del problema y los pasos que se tienen que emplear para tal fin.
Paso 2: Planteamiento de la hipótesis
Etimológicamente “hipótesis” significa punto de partida. Es una afirmación que propone una solución a la problemática anteriormente planteada. Históricamente, las grandes hipótesis se plantearon desde diferentes enfoques. Algunos partieron desde un enfoque inductivo, otros por analogía y también hubo ocasiones en las cuales se llegó a plantear hipótesis desde consideraciones filosóficas y religiosas. En ocasiones puede haber una variedad de hipótesis para la solución de un problema. Una buena hipótesis no sale ex nihilo, más bien cuenta con soportes racionales serios y propone una solución válida para la pregunta en cuestión.
Paso 3: Experimentación o prueba de la hipótesis
Esencialmente tiene que haber una coherencia entre la hipótesis y los métodos de verificación o experimentación. Es vital una fundamentación racional y sólida para los soportes empíricos. Por lo demás, se admite una amplia libertad y flexibilidad en este paso. Los experimentos aplicados se adecuan a la naturaleza del conocimiento al cual se quiere acceder y se somete cierto objeto a estímulos controlados y racionalmente fundamentados. Los resultados de la experimentación tienen que ser debidamente documentados y posteriormente evaluados.
Paso 4: Redacción de las conclusiones
En el cuarto paso de un proceso científico se busca concluir el experimento, comparando la hipótesis con los resultados obtenidos. El investigador se puede plantear las siguientes preguntas: ¿Se comprobó la hipótesis inicial? De no ser así, ¿por qué no? ¿Qué otros factores podrían haber influenciado el fenómeno estudiado? ¿Cuáles son los cambios que se pueden aplicar al modelo experimental para acceder a un conocimiento más profundo, más “perfecto” del fenómeno en cuestión?
El investigador esencialmente necesita resumir los hallazgos obtenidos de forma entendible y comunicable. Habiendo él registrado detalladamente cada paso de realizado en el proceso de la generación de conocimiento científico, la verdad se califica como “verificable”, ya que cualquier científico bajo las mismas circunstancias, con modelos y materiales idénticos puede repetir el mismo experimento llegando a las mismas conclusiones.
Al mismo tiempo, los hallazgos científicos obtenidos, las verdades perfectibles, pueden y deben ser sometidas a procedimientos que las buscan “perfeccionar”, es decir, ampliar, explicar, profundizar, extrapolar, etc.
Concluyendo, se puede volver a hacer hincapié en el valor socio- pragmático de las verdades. Siendo la verdad sinónimo de la realidad (por lo menos en la concepción aristotélica que predomina en el mundo occidental), se accede a ella, por ejemplo, a través del conocimiento científico, el cual se caracteriza por ser verificable y perfectible. El proceso científico que se destacó por su reiterada utilidad a lo largo de la historia, comprende al menos cuatro pasos:
- Observación y planteamiento del problema en cuestión;
- Planteamiento de la hipótesis;
- Experimentación o prueba de la hipótesis;
- Redacción de las conclusiones.
Las verdades científicas tienen el potencial de contribuir a un aumento del bienestar social. Al mismo tiempo, como se evidenció durante el transcurso de los numerosos incidentes bélicos a inicios del siglo XX, pueden hacer también todo lo contrario. Por lo mismo, es imperativo una vinculación estrecha entre la ética y la ciencia, complementándose la una a la otra.
Lic. Michael Giesbrecht
Bibliografía
- Asuad Sanén, N. E., & Vazquez Ruiz, C. (Agosto de 2014). Marco lógico de la investigación científica. Obtenido de http://www.economia.unam.mx/cedrus/descargas/Metodo%20Cientifico.pdf
- Bunge, M. (1958). La Ciencia: su método y su filosofía. Buenos Aires: Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
- Ruiz, R. (2007). El método científico y sus etapas. México. Obtenido de http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0256.pdf